Los requisitos que deben cumplir los transmisores de presión son particularmente altos en las industrias alimentaria y farmacéutica, así como en la biotecnología y las industrias relacionadas (la industria de envasado y llenado, por ejemplo). A continuación, describiremos lo que los usuarios finales, de estas industrias, deben considerar a la hora de elegir un transmisor de presión adecuado para su aplicación.

El enfoque principal en la medición de presión en estas industrias es, por supuesto, la higiene. Se debe evitar la contaminación de los productos y la propagación de gérmenes para proteger a los seres humanos y al medio ambiente. Por lo tanto, los transmisores de presión utilizados en entornos sensibles deben cumplir con las reglamentaciones de las autoridades pertinentes (Europa: EHEDG; EE.UU.: FDA). Además de los materiales empleados, también se debe prestar atención al diseño de los transmisores de presión.

Diseño de transductores de presión.

Los transmisores de presión higiénicos deben ser fáciles de limpiar y los gérmenes deben tener un área de superficie lo más pequeña posible para proliferar. Esto comienza con la construcción del transmisor de presión. Por lo tanto, deben evitarse los espacios muertos, las grietas y los bordes, ya que los gérmenes pueden acumularse en estos puntos y la limpieza se hace más difícil.

Un aspecto igualmente importante es la conexión. Los transmisores de presión deben ser fáciles de desmontar, ya que se deben realizar limpiezas frecuentes en aplicaciones sensibles, y los sellos deben cambiarse regularmente. Esta circunstancia generalmente excluye las conexiones roscadas. Pero también hay otra razón independiente de la facilidad de desmontaje, ya que las roscas proporcionan aún más área de superficie para que proliferen los gérmenes. Por esta razón, los transductores de presión higiénicos generalmente tienen bridas de leche, bridas clamp y bridas DIN.

Todos los componentes del transmisor de presión deben estar alineados entre sí, sin bordes o grietas y deben permitir un montaje y desmontaje rápido y sencillo.

Materiales de los transductores de presión.

Los materiales empleados para la construcción de los transductores de presión es otro aspecto fundamental para mantener la higiene del mismo. Debemos comenzar prestando atención a  las superficies de los materiales seleccionados. Tanto la membrana como otros elementos del sensor de presión en contacto con el medio deben tener la menor rugosidad posible. Cuanto más áspero es un material, más gérmenes pueden adherirse a él y más difícil se hace la limpieza. Una rugosidad de 0,8 μm es el estándar en aplicaciones higiénicas, aunque no es óptima para todos los procesos. Para cumplir con los requisitos más altos, se debe considerar una rugosidad de ≤ 0.4 μm.

La aspereza, por supuesto, también es causada por la corrosión. Por esta razón, el material del sensor juega un papel importante en los transmisores de presión higiénicos. Solo se deben usar aceros inoxidables de alta calidad con un bajo contenido de ferrita para eliminar la corrosión tanto como sea posible. Un ejemplo aquí es el material 1.4404, también conocido como acero V4A, que, debido a su contenido de molibdeno al 2%, cumple con los requisitos de resistencia a la corrosión. El EHEDG proporciona pautas respecto a la idoneidad de los materiales de construcción en función de los procesos específicos.

El requisito de rugosidad, por supuesto, también se aplica a los materiales de sellado, que deben ser química y térmicamente estables. Si no lo son, se vuelven porosos con el tiempo y, por lo tanto, ofrecen una superficie ideal para la proliferación de gérmenes. STS Sensors utiliza Viton para sus transmisores de presión higiénicos, un fluoroelastómero con alta resistencia térmica y química, que resiste los hidrocarburos incluso a temperaturas más altas sin hincharse o volverse poroso.

Los requisitos para los materiales empleados se derivan de los procesos de limpieza en la industria alimentaria y farmacéutica, así como de la biotecnología. Los transmisores de presión utilizados en instalaciones cerradas deben poder soportar los procedimientos de limpieza en el lugar (CIP) y esterilización en el lugar (SIP). En estos procesos, las instalaciones se limpian sin más desmontaje. Para aclarar las demandas de estos materiales, describimos brevemente el método CIP:

1. En el primer paso, la contaminación gruesa se elimina enjuagando con agua.
2. A continuación, se usa un agente alcalino.
3. Este detergente alcalino se enjuaga con agua.
4. Para eliminar depósitos de cal y similares, las instalaciones se enjuagan con un ácido.
5. El ácido ahora se enjuaga con agua.
6. Luego se usa un desinfectante para matar microorganismos.
7. Un enjuague con agua ultrapura para terminar.

En el proceso SIP, la instalación se limpia con vapor a una temperatura promedio de 140 grados Celsius. Por lo tanto, los transmisores de presión deben poder soportar  estas temperaturas sin sufrir daños.

Un último aspecto a considerar de la selección del material recae en el fluido de transferencia de presión. En los transmisores de presión "normales", a menudo se usan aceites de silicona. Sin embargo, estos pueden contaminar el proceso si el transmisor de presión se daña y vierte el fluido de transferencia de presión al proceso. Habitualmente se emplean fluidos de transferencia de presión inertes para evitar la contaminación del producto.

Características de los transmisores de presión higiénicos de STS Sensors

• Precisión hasta ± 0.1% FS
• Rango de compensación térmica hasta -25 a +150 ° C
• Rangos de medición desde 100mbar a 25 bar
• Salidas en corriente o en voltaje
• Rango de temperatura del medio: -25/+150° C
• Acabados superficiales hasta una rugosidad de ≤ 0.4 μm
• Diseño de acero inoxidable compacto y robusto
• Grados de protección de IP65, IP67, IP68 y versión especial hasta IP69K
• Certificaciones 3-A y FDA
• Múltiples conexiones a proceso y conexiones eléctricas
• Certificaciones ATEX y FM
• Certificados de calibración en 5 puntos
• 2 años de garantía.

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